Repetir rutinas adecuadas en nuestros niños les ayuda en su aprendizaje para tener seguridad, educación y son indispensables en todas las edades.
Como padre de familia y/o cuidador es muy fácil hacerlo, sólo identifique cuáles quiere, y son necesarios para su hij@, y empiece a repetirlos para que se convierta en un hábito que ellos harán de manera independiente, es decir que se hacen automáticamente.
Los siguientes son los más importantes para moldear una buena conducta infantil:
Los 20 mejores
hábitos para tu hijo
- Dieta saludable: comer pescado, utilizar en la cocina el aceite de oliva y llenar nuestra mesa de productos de la huerta, son valores nutricionales que educan el paladar y cultivan la salud en familia.
- Desayuno completo: debería ser la comida más importante del día o, al menos, de las más importantes. Un desayuno completo debería estar formado por lácteos (leche, yogur o queso fresco o poco curado), cereales (en copos, pan, galletas… evitando la comida chatarra), fruta o zumo natural, y una grasa (la mejor, el aceite de oliva o, en su defecto, un poco de mantequilla). Es fundamental de cara a obtener la energía necesaria para hacer frente a las actividades del día, tanto físicas como mentales.
- Comer cuando toca: debemos desayunar, comer algo a media mañana, almorzar, merendar y cenar. Con esta rutina debemos evitar el picoteo entre horas, que va saciando, y hace que el niño llegue sin apetito a las horas que toca comer y evitamos malos hábitos en la alimentación que favorecen la obesidad.
- Beber agua: desde bien pequeños la bebida del día a día ha de ser el agua. Los zumos, los refrescos y los batidos deben ser de consumo ocasional. El consumo excesivo de bebidas dulces se relaciona con las caries, el sobrepeso en el niño y la excesiva y a veces inmanejable actividad.
- No al sedentarismo: hacer ejercicio físico y actividades al aire libre en familia, así como evitar quedarse los fines de semana viendo la televisión o jugando video juegos, mejoran la salud y previenen enfermedades a largo plazo. Si los niños se mueven y practican algún deporte semanal, estamos estableciendo uno de los pilares básicos de la salud de su futura vida adulta.
- Jugar: los niños nunca más volverán a ser niños. Su actividad más enriquecedora es el juego y no se les debe privar de ello. Mediante el juego aprenden, experimentan y se relacionan con otros niños o con el adulto. No podemos imponer una “agenda” estricta a un niño, ya que necesita tiempo libre para jugar y dejar volar la imaginación.
- Limitar las pantallas: la televisión, el celular el PC…, no deben utilizarse durante más de media hora o una hora al día. El niño debe leer, jugar, pintar, salir al parque o practicar algún deporte. No es bueno para su correcto desarrollo intelectual y físico permanecer horas y horas delante de una pantalla.
- Lavarse
los dientes: nada más al nacer los primeros dientes podemos limpiarlos con los cepillos adecuados según cada edad. Cuando sean
más mayorcitos podrán hacerlo solos y utilizar un dentífrico especial a
partir de los dos años o cuando sean capaces de escupir. Es un
hábito imprescindible para evitar las caries y mantener una boca sana.
- El baño: mantener una buena higiene diaria favorece un correcto estado de salud. Además, cuando son pequeños, la rutina del baño favorece su relajación y el descanso nocturno.
- Lavarse las manos antes de comer: las manos son una de las vías de transmisión de enfermedades más importante, por lo que se debe enseñar al niño, desde pequeño, a lavárselas antes de comer y siempre que volvamos de la calle, escuela o parque.
- Crear hábitos de estudio: en horas determinadas, en el mismo lugar y con los materiales apropiados, acordar horarios, dejando tiempo suficiente para jugar, verse con los amigos o ver televisión. El sitio para estudiar debe ser un lugar tranquilo, silencioso, libre de estímulos externos como el televisor o la radio, con buena luz, con suficiente espacio y con todos los materiales necesarios al alcance. Es aconsejable tener un escritorio o mesa de trabajo ordenada, así como una biblioteca pequeña pero suficiente. Demostrarles interés en sus trabajos y alentarlos en su realización es básico para mantener su entusiasmo y deseo de aprendizaje. Es necesario enseñarles a terminar lo que empiezan y a hacer su trabajo lo mejor posible. Así mismo, es recomendable que los niños lleven un cuaderno organizado donde estén anotadas las tareas asignadas. Los deberes cumplidos deben organizarse adecuadamente en el maletín escolar para evitar pérdidas o daños que pueden crear dificultades y desestimular el hábito de estudio. Los adultos pueden acompañar a los niños, leyendo o haciendo sus propias tareas, mientras ellos estudian: así les dan ejemplo.
- Leer cada
día: es
necesario fomentar el hábito de la lectura a diario y desde bebés. Los
primeros cuentos de imágenes fortalecen el vínculo padre/madre-hijo y
estimulan su lenguaje. Habituarles al cuento antes de dormir, potencia el
gusto por la lectura del niño y, cuando ya son capaces de leer
solos, un ratico cada día favorece su rendimiento académico y su
enriquecimiento personal
- Ser ordenado y cuidadoso con las cosas: los valores son importantes en la vida adulta y en la infantil, se pueden cultivar. Valorar lo que tienen, cuidarlo y ser ordenados en casa, les permitirá disfrutar más de las cosas y dar el valor que se merece a cada pequeño detalle.
- Horario regular: desde que nacen, los niños necesitan rutinas. Cuando son muy bebés las rutinas del sueño, del baño y de las comidas les ayudan a situarse en el tiempo y en el espacio, creando un ambiente seguro y previsible para el pequeño.
- A dormir pronto y las horas necesarias: los niños deben ir a dormir según su edad y han de dormir las horas necesarias para despertarse frescos, contentos y descansados. No pueden realizar horarios de adulto y se deben instaurar rutinas de sueño lo antes posible, adaptándose a la idiosincrasia de cada niño, claro.
- El respeto a los demás: vivimos en sociedad y hemos de enseñar al niño a ser sociable y adaptado a la sociedad en la que vive: escuela, ciudad, país… Para ello, es fundamental que se respete a él mismo y a los demás, valorando al resto de personas por lo que son y dándole herramientas para cultivar una buena convivencia en sociedad.
- El uso del pañuelo y taparse la boca al toser: no sólo forma parte de las buenas maneras sino que se puede evitar una de las más fáciles maneras de contagio de enfermedades infecciosas de las vías respiratorias
- Expresar
lo que siente, gestionar las emociones y trabajar la tolerancia a la
frustración: desde
muy pequeños podemos trabajar con nuestros hijos la inteligencia
emocional. Saber decir las cosas a los demás sin herirlos, ser consciente
de lo que siente y de nuestros límites, saber que nos podemos equivocar,
poner nombre a los estados emocionales y saber gestionar el estrés son
fundamentales para saber capear las emociones en el día a día
- Fomentar
el sentido de humor: procurar un buen ambiente en casa, la capacidad de reírse de
uno mismo y quitar hierro a cosas que no la tienen, es una pequeña
medida para ser un poco más feliz a pesar de los contratiempos.
- El respeto por el medio ambiente: hemos de enseñar a nuestros hijos a ser sostenibles, a reciclar, a no consumir lo que no necesitamos y respetar bosques y animales. El futuro de nuestro planeta dependerá de que estas buenas costumbres se perpetúen durante años.
- Seguridad vial: las conductas como peatón y al volante salvan vidas. Debemos cumplir siempre con las normas de seguridad cuando el niño está dentro del vehículo (cinturón de seguridad, sillita adecuada) como cuando es peatón (cruzar en verde y por el paso de peatones). Es una inversión de futuro.
- Seguridad personal: enseñarle sobre los elementos que puede y no puede tocar, no consumir, inhalar, etc, les ayudara a cuidarse cuando no esté con nosotros.
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